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EMOCIONALIDAD- 4. Van Gogh y Gauguin.




Para terminar el capítulo de la emocionalidad, propia de los pródromos del brote psicótico, he dejado a dos de los artistas del Postimpresionismo más destacados. Van Gogh y Gauguin.

No solo por sus características pictóricas, su repercusión en todos los movimientos pictóricos posteriores, sino también por sus propias personalidades psicopatológicas.

Hablemos primero de Vincent Van Gogh (Groot-Zundert 1853- Auvers-sur Oise 1890).

De pensamientos demasiado “místicos”, en sus primeros años, el joven Vincent, comienza a desarrollar sus capacidades artísticas, bajo la tutela y el apoyo económico de su hermano Theo, que seguirá cuidando de él toda su vida. De estos primeros cuadros tenemos el maravilloso ejemplo de los “comedores de patatas” (1885).



Las propuestas posteriores de sus patología psiquiátrica y neurológica, nos habla de una Epilepsia temporal que daría respuesta a sus características de personalidad, aunque otros autores la corresponden con la ingesta de la absenta o Ajenjo como refiere Blummer en su artículo de American, de 2002.

Pero la mayoría de autores está de acuerdo en su Psicosis, según unos, esquizofrenia o como parece la opinión más extendida, Trastorno Bipolar (Vieta y otros).

La principal prueba pude ser que la mejor colección de pinturas del autor fuera propuesta en su ingreso en el Hospital de S. Remy, enviado por su hermano Theo después de fases de violencia.
 El famoso episodio del corte del pabellón auditivo después de una disputa con Gauguin.



Posterior tratamiento con el Dr. Gachet, al que recordará en un cuadro, meditabundo y con aspecto confundido.


Pero no hablaríamos de Vangogh sin ver su gran Noche estrellada.





Otras características diferentes, tiene la patografía de Paul Gauguin (París 1848- Ataunoa 1903).
Gran amigo de Van Gogh, de carácter irascible, que por los estudiado parece más bien derivado de su alcoholismo.

En Pont-Aven, entra dentro de grupo del mismo nombre y crea imagines casi bucólicas.


En sus cuadros posteriores a Pont-Aven, influenciado por Bernard, comienza el uso de la técnica de Cloisonismo, que se ve en su cuadro del Cristo amarillo, donde las superficies coloreadas planas se encierran en contornos muy definidos.


Donde, según el, el color no representa la realidad sino el estado de ánimo.

Posteriormente vienen sus constantes idas a Polinesia y su salud comienza a flaquear, y se instala en las islas Marquesas.


Estos problemas de salud física y al mismo tiempo mental, vienen derivados en primer lugar de su alcoholismo ya citado, Artemisia absinthium así como de una sífilis, que al parecer no se trató, según estudios recientes por la falta de residuos de mercurio (tratamiento de su tiempo de la sífilis) en unos dientes encontrados.




Pero que fue agitando su vida, al mismo tiempo que contagiando a la población indígena, ya que era de gran promiscuidad y posible pederastia y que pude considerarse como una demencia tipo Parálisis General Progresiva.

Y se pregunta de donde venimos, que somos y adonde vamos, una de sus últimas obras.




Pasaremos en siguientes entradas a otros episodio de devenir psicótico y de la pintura.

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