Continuando con los pintores y artistas surrealistas, no podemos menos que dar una gran importancia a Joan Miró (Barcelona 1893- Palma de Mallorca 1983).
Nos es
especialmente importante por su interés en lo subconsciente, en lo infantil.
Comenzó
siendo más figurativo como en “La masía”. De 1921. Colección privada en Nueva York
Influenciado por los movimientos Fauves
o Naïf y dentro de su entroncamiento con la tradición y cultura catalana.
A partir del
año 1925 se hace con su propio vocabulario, donde encontramos un fondo
simplificado, que presenta un espacio abstracto e infinito, donde viven una
serie de “criaturas”, resultantes de una especie de taquigrafía plástica o de
giro sinécdoque, en que un solo rasgo toma el lugar de la figura total.
Con el “Carnaval
del arlequín” de 1924-1925. Y el Nacimiento
del mundo se gana la aceptación por el grupo surrealista incluyéndole en
exposiciones y en el libro de André
Bretón “surrealismo et la peinture de
1928.
Otra tendencia pictórica surrealista será mas figurativa, basada en representación de sueños o alucinaciones, está tendencia será la mas conocida a raíz de los años 30. El mismo Bretón parece renegar del automatismo,
en el texto de 1933 “Le message
automatique”.
A partir de
los años treinta, hay una “vuelta a la figuración. Que inave el mundo tras la
primera guerra mundial, que ha perdido la ilusión por la experimentación.
De estos
artistas nos centraremos en esta entrada en Dalí y Magritte.
René Magritte (Lessines, Belgica
1898-Bruselas 1967), Se
forma en la Academia de Bellas Artes de Bruselas, casado con su modelo
Georgette Berger, esta le muestra la pintura de De Chirico, que le abre una
nueva vía.
Hace una
pintura eminentemente intelectual encuentra la fisura en el lenguaje de la
palabra y el lenguaje de la imagen, vemos en este sentido “la traición de la imágenes” (1928) “Esto no es una pipa”.
En la obra
de Magritte encontramos un análisis de la representación de las cosas y su
realidad.
En obras
como “La violación, de 1934” observamos
que el cuerpo de una mujer ha sido
reemplazado por su cuerpo desnudo. Un juego de trampantojo que plantea la
posibilidad anamórfica.
En otras obras encontramos un mayor hálito poético y la naturaleza de su indagación permanece obscura, encerrada en su metáfora.
El hijo del Hombre. Que pintó ya en 1964.
La irrupción
de Salvador Dalí (Figueras, Gerona
1904-1989), en el grupo Surrealista en 1929, de la mano de Miró, fue un
fermento revitalizador para el surrealismo, Dalí siguiendo las ideas Freudianas
y posteriormente Lacanianas, que aprovecha en su método paranoico-crítico método espontaneo de conocimiento irracional,
basado en la asociación de los fenómenos delirantes.
Dalí había
comenzado en los tiempos de La
Residencia de Estudiantes, influenciado por De Chirico, como en el paisaje
estático de “Mujer en la ventana de Figueras de 1926”
Pero su
idilio con Breton no podía durar y en 1934, su postura política, ambigua, no
del todo reaccionaría, llevó a Breton a “Excomulgarle” del grupo surrealista.
Como años después Andy Warhol, Dalí hizo de si mismo un personaje público y de
su vida una obra de arte destinada a deslumbrar a su entorno y a los demás artistas. En eso le ayudaría mucho su
compañera Gala con la que se casa en 1958.
Esta exhibición
de sus propias fantasías sexuales y sentimientos de culpa onanísticos, se ponen
de manifiesto en “El Gran masturbador”,
Oleo sobre lienzo de 1929. Del CARS Madrid. Pintado unos días después de
que Gala volviera a París.
Terminemos
este repaso a las obras de Dalí con “El
Enigma de Hitler” con imágenes dobles que van construyéndose y
reconstruyéndose en anamórfosis.
Finalmente a partir de los años 50, se instala en
Cadaqués y su loa al franquismo contrasta con su actitud pública extravagante.
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